5 anos e 2 meses sem o Preá.

     Mais uma vez homenageio meu grande amigo Preá. Pretendo fazê-lo enquanto eu viver e puder usar o computador. Neste local ele ficou para sempre. Hoje tenho sempre flores neste lugar e uma saudade muito grande dentro do peito. Hoje ele vai contar mais um pouco de sua história.

"Criei-me ao lado de minha mãe, a Xuxa, na casa do Júnior. Andávamos pela rua o dia inteiro. Só íamos para casa na hora da comida e quando estávamos cansados e queríamos dormir. Onde o Júnior ia, lá íamos nós também, em fila indiana, Júnior, mamãe e eu. Quando a piazada ia procurar paina para fazer raia, lá estava eu, pulando de um lado para o outro e isto me rendeu o nome Preá. Era muito divertido. Outra coisa que eu gostava era de ir à noite para a rua com Júnior, o Rodrigo e outros. Íamos a um bar que tinha na rua Roraima. Ali eu tinha uma cadeira para sentar enquanto eles ficavam jogando conversa fora. O dono do bar me dava coxinhas para comer. É, é isso mesmo! Um dia chegou um bebum e quando me viu na cadeira deu um pontapé nela para derrubar- me. O dono do bar botou-o para fora. Senti-me vingado.
Depois de mim, mamãe não teve outros filhos e morreu atropelada na própria rua Roraima. Fiquei muito triste pois havia perdido minha companheira e mãe.
Ali no bairro todos me conheciam. Eu era muito popular, com certeza o sujeito mais popular da região. Continuei andando com o Júnior e o Rodrigo.
Certa vez, estávamos indo pela rua Engº Costa Barros. Resolvi atravessá-la. Vinha um carro...freada...que susto! Quase morri. Me restou um rabo quebrado. O carro que vinha atrás dele teve que frear também e bateu em sua traseira. Jr. e Ro, quando viram, saíram de fininho e eu atrás deles. Eles diziam: vá embora, Preá!  O dono do carro perguntou a eles se me conheciam e eles, muito "caras de pau ", disseram que não. Num primeiro momento não entendi porque me negar, mas, depois de refletir um pouco, descobri porquê.
Fui para casa.

Zeus, você deixou muita saudade!

Hoje o Zeus nos disse adeus. Ele descansou depois de quatro meses com neoplasia óssea. Agora nos últimos dias ele tinha dor, dava para perceber porque ele dava a pata com problema para nos segurarmos. Há uns 3 ou 4 dias já não queria comer e começava a arfar como se estivesse muito cansado. Descansou e fico feliz que tenha sido assim, mas sentirei muita saudade dele, porque há anos eu o alimentava pela grade do jardim e ele me devolvia muito carinho por ali também. Aprendi amá-lo, mesmo ele não sendo meu.  Ele era muito meigo e lindo. Não tenho mais palavras....

Mi Aldehuela querida!

Hoy vuelvo a hablar de Aldehuela, pero és para contar como fue la primera vez que estive en este pueblo de sueños. Eso fue en julio de 1968. Fuimos mi marido Joaquin, mi hijo Leonel que tenia 4 años y yo. Estuvimos unos dias en Godelleta, en casa de Trini y Vicente. Alli vivia también mi suegra Facunda, el tio Nicanor y Amparo, hija de Trini.
Subimos a Aldehuela em meados de julio, para las fiestas de San Miguel, patrono de Aldehuela. Mi suegra fue con Trini y familia en un coche y nosotros fuimos con Serafin, Mercedes, Miguelin y Maria José en otro. Cuando estavamos llegando mi cuñado Serafin me dijo: "Ahy tienes Aldehuela".
Fue la imagen más bella que he visto. El pueblecito sobre un monte. La iglesia despontando maravillosa, imponente. Subimos una callecica, pasamos por la ermita de San Miguel y estavamos en la calle Mayor. Paramos en la casa de Plácido y Teresa, primos de Joaquin. Cuantos recuerdos! Entramos en una sala grande y me deparé con una casa en estilo medieval, hecha de piedras, como todas las otras del pueblo. En la pared havia un cuadro que enseñava un niño que sube una escalera. A cada escalón el ficava más viejo. Cuando llega a los quarenta años esta en el topo de la escalera, entonces empeza a bajar y se vá quedando más viejo a cada escalón.
Bajando la calle Mayor, pasamos por la fuente, el sitio que más me gusta en Aldehuelal, y fuimos a casa de mi suegra, que nos esperaba en la hera, la cual estaba rellena de flores rojas. Mi suegra cogió una y me la dió. La guardé en un libro. Ella era una mujer maravillosa, muy sencilla. Una vez nos escribió una carta y decia: " Quisiera ser una paloma para poder volar sobre el oceano y abraçarlos".
Entramos en la casa y la emoción fue muy fuerte. Era como se yo siempre hubiera vivido ally. La larera, las paredes... todo era muy peculiar. Fui a la habitación de mi suegra y cuando vi la ventana sobre el balcón no pude dejar de llorar. En otros tiempos, la planta baja era para guardar los animales, Acima, la parte donde vivian los de la casa y arriba donde guardavan la cosecha.
Pasamos alli cerca de un mes y a cada dia me sorpreendia con cosas distintas y interesantes.  A Leonel le gustava pasear de burrico.  Cogiamos agua en la fuente y astad hoy me parece el hogar que  más me toca en Aldehuela. Hice amistad con todos del pueblo. Ellos hacen parte de mi vida. És muy bueno volver alli y abrazar a todos.
Fue muy triste el dia que dejamos Aldehuela. Mi marido cumplia 40 años.
Nunca más vi mi suegra. Mi marido aún la vio en 1983, cuando fue con el otro hijo nuestro, el Rodrigo, que tenia entonces 8 años y queria conocer la abuela.
Ella murió en 1987, con 91 años.
Estuve alli otras veces y siempre pasé bien. Me gustaria volver, pero no sé si sera posible.